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Los incendios forestales nos han demostrado, año tras año, de lo que son capaces. Destruyen más de 50 mil hectáreas de bosque cada temporada, dejan a nuestra fauna silvestre sin refugio, afectan al suelo, al aire y al ciclo del agua. Pero, además, cuando se trata de incendios cerca de zonas urbanas, éstos podrían amenazar viviendas y comunidades, e incluso, en el peor de los casos, costarles la vida a personas.
En Chile, se han quemado más de 300 mil hectáreas de bosque nativo en los últimos 20 años, provocando -en parte- que el 72% de la superficie tiene un grado de sequía y un 27% tiene riesgo de sufrir desertificación. Es frente a este crudo escenario que en conjunto con la sociedad civil y el sector privado, hemos llevado a cabo una serie de acciones en distintas regiones de Chile para evitar este tipo de siniestros y ser un aporte en el trabajo por detener la propagación de incendios forestales, formalizando así nuestra línea de trabajo por la prevención de incendios forestales.
Dentro de estas acciones, trabajamos en 3 regiones claves, como son la región del Maule, Biobío y Metropolitana. ¿Por qué estas zonas? Y es que forman parte de los ‘hotspot’ o puntos calientes de biodiversidad mediterránea, y sus bosques, en particular, se encuentran fuertemente amenazados por los efectos del cambio climático, principalmente por la disminución de precipitaciones.
En el Maule, activamos en la provincia de Curicó y la de Linares. En la primera, se realizaron controles y limpiezas de combustible en zonas de interfaz, las que corresponden a la reducción y retiro de vegetación seca que presenta un alto riesgo de generación y propagación de incendios forestales. Y, además, se trabajó en la construcción de cortafuegos, es decir, fajas que funcionan como una barrera para detener la propagación de las llamas. Estas acciones de silvicultura preventiva en áreas de interfaz y buffer de Reserva Nacional Laguna Torca, benefician a las comunidades de Torca, las Conchas y Llico. Mientras que, en la provincia de Linares, ejecutamos la construcción de cortafuegos en áreas de interfaz para las comunidades de Nirivilo, Mingre, La Gotera y Rastrojos, las cuales fueron afectadas por mega incendios en febrero del 2017.
En la región del Biobío, durante el primer semestre del 2021, hemos realizado la construcción y mantención de cortafuegos en la Reserva Nacional Nonguén, así como la habilitación de camino y dos helipistas para que las brigadas puedan trabajar sin dificultad en caso de que se origine un incendio. Estas acciones forman parte de nuestro proyecto por la restauración de la reserva junto a Conaf del Biobío y la empresa CMPC, el que también incluye la recolección de germoplasma, viverización, reforestación, control de especies exóticas, educación ambiental y trabajo con la comunidad.
En esta misma región, hicimos diferentes labores de silvicultura preventiva en el Parque Cerro Caracol, gran pulmón verde de Concepción, las que corresponden a despeje de sotobosque compuesto por especies invasoras exóticas, raleo de ejemplares arbóreos de cipreses exóticos y aromo, poda de ramas bajas en árboles de las mismas especies, y retiro de desechos. Todas estas labores se realizaron para reducir el material combustible en un sector altamente transitado por las personas que lo visitan diariamente. De este modo, se reduce el riesgo de una alta propagación del fuego en caso de ocurrir.
Para el caso de la región Metropolitana, resulta de gran relevancia el cuidado de los bosques de cerros y parques del sector debido a la escasez de estos mismos. Es por esto que, para lograr dicho fin, hemos puesto por segundo año consecutiva un grupo de 8 brigadistas de alta experiencia a disposición de Conaf, quienes tendrán la misión de ayudar en el combate y control de incendios, donde a su vez se realizarán junto con la comunidad, labores de educación y concientización respecto a la importancia de la prevención y tener una conducta responsable con el medio ambiente.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.