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Árboles plantados
La Patagonia chilena es un laboratorio natural de ecosistemas prístinos y complejos, esencial para comprender la biodiversidad en su estado más puro. Este territorio, considerado el principal pulmón verde de Chile y uno de los seis hotspots de biodiversidad del planeta, alberga el 86% de las áreas silvestres protegidas del país y concentra el 55,3% de sus bosques nativos. Además, la región contiene vastos campos de hielo y 617 glaciares que retienen el 98% del agua de todos los glaciares de Chile, convirtiéndola en una reserva natural de incalculable valor para el equilibrio climático y la biodiversidad del país.
A partir de la década de 1940 con la llegada de colonizadores, se quemaron cerca de 3 millones de hectáreas de bosque nativo en la región de Aysén, con el fin de habilitar campo para el desarrollo de actividades agrícolas, especialmente ganadería. Si bien se han impulsado diversas iniciativas de restauración y reconversión de especies exóticas a nativas, la región aún enfrenta un déficit crítico en la producción de plantas nativas.
Actualmente los viveros locales no logran satisfacer la demanda de plantas nativas en cantidad, calidad y diversidad. Y así como aseguran diversos científicos y académicos, la calidad de las plántulas en Chile es generalmente baja, resaltando la necesidad de innovar en tecnología, mejorar protocolos de producción y optimizar la infraestructura y materiales.
Para abordar esta problemática, en alianza con la Municipalidad de Coyhaique, en Fundación Reforestemos hemos inaugurado el vivero nativo más tecnológico de la Patagonia, diseñado específicamente para la producción de plántulas nativas que contribuirán a la restauración de los ecosistemas patagónicos.
Esta iniciativa representa uno de los mayores esfuerzos de colaboración público-privada en la producción de plantas nativas con fines de restauración en Chile, y se espera que sea un motor clave para la recuperación y conservación de la biodiversidad de la zona austral, beneficiando a las comunidades y ecosistemas.
3 naves independientes crean entornos específicos según las necesidades de cada especie, permitiendo producir más de 85,000 árboles nativos al año.
Tecnología de vanguardia, producimos plantas aptas para restauración en solo 5 meses, frente a los 12 meses que toma este proceso en la región.
Empleamos la viverización por semillas, una técnica que asegura la homogeneidad de las plantas y proporciona un seguimiento completo de su ciclo de vida.
Utilizamos la recolección de germoplasma para preservar el material genético de las especies que germinan como lenga, ñirre, ciruelillo y coihue.
Ante el déficit nacional en la producción de plantas nativas, ofrecemos una solución tangible, aportando calidad y diversidad genética en su producción.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.