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Árboles plantados
Como parte de nuestro Programa de Conservación que hace tangible los proyectos de restauración de la ciudadanía, ya sean pequeños propietarios o terrenos privados que cuenten con Derecho Real de Conservación (DRC), es que Estancia Los Leones forma parte de nuestros esfuerzos de reforestación nativa con el propósito de apoyar iniciativas que buscan proteger y hacer crecer el bosque nativo. Ante una mayoría del territorio nacional privado, resulta clave promover la restauración en zonas de alto valor ecológico y social.
Ubicado en pleno corazón de la Patagonia y a orillas del Río Leones, Estancia Leones se convierte en un lugar fundamental para el equilibrio ambiental de la zona, sobre todo para la regulación del ciclo hídrico. Y es que la geografía del lugar corresponde a la de un valle que, gracias a su río, conforma cuencas hidrográficas que rigen el movimiento de las aguas en el territorio determinado, elemento fundamental para la subsistencia de cualquier tipo de vida.
El Río Leones es una fuente vital de agua dulce, que nace desde los deshielos de los Campos de Hielo Norte hasta desembocar en el Lago General Carrera, el más grande del país y en segundo más grande de Sudamérica. Este flujo constante es crucial para la recarga de acuíferos y la regulación del clima local. Además, su caudal proporciona agua para las actividades humanas y agrícolas en la región, sosteniendo comunidades y ecosistemas adyacente, por consecuencia, su preservación es esencial para garantizar la salud ambiental y el bienestar socioeconómico de la región de Aysén.
Nuestros trabajos de reforestación se llevarán a cabo en el bosque de la región de Aysén, hogar de especies del género Nothofagus. En esta área específica, descrita por Gajardo (1994) como el Bosque Siempreverde Mixto del Backer, predomina el Coihue de Magallanes (Nothofagus betuloides).
Este árbol siempreverde, que no pierde sus hojas en otoño, mantiene su follaje verde todo el año y puede alcanzar los 30 metros de altura o más, con un tronco recto. Crece en los bosques andino-patagónicos de Chile y Argentina, especialmente en zonas altas y frías, resistiendo a temperaturas por debajo de -15°C. En estas áreas, se encuentra en transición con bosques de Lenga (Nothofagus pumilio) y Ñirre (Nothofagus antartica), creando un paisaje de gran importancia ecológica y servicios ecosistémicos.
La Patagonia chilena sufrió uno de los incendios más grandes en la historia del país durante su colonización, donde se quemaron grandes extensiones de bosques nativos para la agricultura y ganadería, visto entonces como desarrollo económico. Como consecuencia, aceleró la erosión del suelo, lo que posteriormente se combatió plantando especies exóticas. Aunque los bosques de Aysén se han recuperado con el tiempo, aún hay degradación y fragmentación, afectando el hábitat de la flora y fauna silvestre.
En este contexto, y comprendiendo que el proyecto se encuentra en un valle, como Reforestemos estamos realizando labores de reforestación en una ladera deforestada y de alta pendiente que puede generar inestabilidad y erosión con el aumento de vientos y lluvias. La vegetación proporciona soporte al terreno y absorbe agua, reduciendo la erosión y promoviendo la estabilidad del suelo. Mientras que, la erosión y deslizamientos pueden contaminar el agua, afectando a humanos y ecosistemas. Por ello, reforestar y estabilizar las laderas es esencial para un entorno sostenible y resiliente.
Hasta la fecha, hemos plantado 5.000 árboles nativos pertenecientes a especies propias de los bosques patagónicos como el Coigüe, Lenga, Ñirre y Ciruelillo, esta última como especie acompañante en una menor proporción.
Sistema de núcleos de 100 plantas, las cuales se plantaron con un distanciamiento promedio de 2,5 a 3 mts. Aquí se consideró un cultivo manual de la zona de plantación de 30 cm de ancho x 30 cm de largo y 30 cm de profundidad, lo que permite que las plantas tengan una mejor adaptación al nuevo terreno y que las raíces puedan ampliarse.
Como en todas nuestras reforestaciones, realizaremos monitoreos a la plantación durante el año 1, 2, 3, 7 y 10 para evaluar la sobrevivencia, tasa de crecimiento y el establecimiento de las plantas en terreno. Los monitoreos, además, podrán ser complementados por visitas técnicas para evaluar el estado general de la plantación.
El Derecho de Conservación es un derecho real que consiste en la facultad de conservar el patrimonio ambiental de un predio o de ciertos atributos o funciones de éste. Este derecho se constituye en forma libre y voluntaria por el propietario del predio en beneficio de una persona natural o jurídica determinada” (LEY 20930). En palabras simples, es una herramienta legal que busca promover la participación del sector privado en la conservación del patrimonio ambiental de Chile.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.