Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.
Árboles plantados
En 2018, con el objetivo de democratizar el acceso a áreas verdes y mejorar la calidad de vida de las personas, lanzamos nuestro Programa de Arbolado Urbano, extendiendo nuestro trabajo hacia la restauración de áreas verdes en comunas vulnerables. Nuestro enfoque, además de brindar a vecinas y vecinos todos los beneficios asociados al arbolado urbano, también contribuye a la recuperación de espacios públicos.
La brecha de áreas verdes en nuestro país es alarmante. Por ejemplo, en el Gran Santiago (donde se concentra el 40% de la población), sólo un tercio de los habitantes accede a plazas que estén a menos de 400 metros de sus viviendas. Y apenas el 5,7% accede a 10m2 de área verde por habitante, ambos estándares definidos por el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU). Fuente: Centro de Políticas Públicas UC.
Este escenario no es la excepción. En el resto del país, se registra que sólo 18 de las 117 comunas estudiadas cumplen con el estándar de 10m2 de superficie por habitante. En el otro extremo, y muy lejos de cumplir con esto (bajo los 5m2/hab) se encuentran 7,6 millones de habitantes (SIEDU 2019).
Esta realidad preocupa bastante si somos conscientes del sinfín de beneficios que entrega el arbolado urbano para las ciudades.
Fuente: ONU Hábitat
En general, una gran cantidad de especies exóticas podría disminuir la integridad ecológica del lugar y de su entorno. Por ejemplo, invadir ambientes cercanos al área urbana, desplazando a las especies nativas.
Además, los árboles exóticos suelen producir grandes cantidades de polen, generando una alta carga polínica en el aire, debido a que su principal mecanismo de polinización es anemófila (a través del viento), provocando -en algunos casos- reacciones alérgicas. Mientras que, las especies nativas dependen principalmente de la fauna para su polinización, por lo que no generan una alta carga polínica en el aire.