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Árboles plantados
La estación experimental Dr. Justo Pastor León, de la Universidad de Chile (Pantanillos), ubicada a 1,6 kilómetros de la icónica localidad de Santa Olga y en la comuna de Constitución, región del Maule, es la primera sala de clases de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la universidad en medio de bosques.
Se trata de una propiedad que fue donada en 1978 con fines de docencia, que posee una vocación experimental en materias forestales y agrícolas, a la que año a año acuden estudiantes con el fin de aprender sobre el bosque nativo y la investigación forestal.
Este predio está ubicado en una de las zonas que forman parte de los ‘hotspot’ de biodiversidad mediterránea, es decir, habita en él una gran riqueza de especies, pero que se encuentran en amenaza. Y es que sus bosques, en particular, son fuertemente amenazados por los efectos del cambio climático, principalmente por la disminución de precipitaciones, la que alcanza un 40% dentro de la última década.
Por las características que presenta la región, se pueden distinguir dos tipos de bosques dominantes: Bosque Esclerófilo y Bosque Maulino.
Se encuentra solo en cinco lugares del mundo y nuestro país tiene el privilegio de ser uno de éstos. Tal como lo dice su nombre, el bosque esclerófilo cuenta con especies de hojas duras y entrenudos cortos, lo que les permite adaptarse sin problemas a climas del tipo mediterráneo. Pese a esto, sus hojas se mantienen verdes todo el año. Las especies que lo componen son: quillay, peumo, litre, boldo, belloto del Norte, maitén y palma chilena.
Uno de los ecosistemas más fragmentados de Chile, que ha sido reconocido como bosque de gran importancia de conservación, debido a los árboles endémicos que viven ahí. Se trata de especies valiosas que se encuentran lamentablemente en problemas de conservación, tales como el ruil, pitao y queule.
Durante los meses de enero y febrero del 2017, la zona centro sur de Chile fue afectada por una serie de incendios forestales, los cuales, a partir del 18 de enero, y por más de 17 días seguidos, constituyeron el mega incendio denominado “tormenta de fuego”, evento que se consagra como el primero de la “sexta generación” de incendios forestales, dada la alta intensidad y velocidad de propagación.
Las cifras oficiales señalan que un total de 518.174 hectáreas se vieron afectadas, concentrándose el 90,2% entre las regiones de O´Higgins (17%), Maule (54,1%) y Biobío (19,1%). Una de las zonas más afectadas fue el pueblo de Santa Olga, donde se quemó literalmente todo. Justamente a 1,6 kilómetros, se encuentra Pantanillos, por ende, su desenlace fue bastante parecido. El fuego arrasó con más de 400 hectáreas del predio.
Se realiza control químico y mecánico, para evitar la regeneración de pino radiata y eucaliptus. De este modo, se buscar evitar que este árbol introducido se transforme en una competencia significativa para la plantación con especies nativas.
Reforestación para potenciar el crecimiento natural y la recuperación ecológica del bosque maulino plantando 36.000 árboles nativos, propios de este tipo de bosque. El hualo fue nuestra especie principal mientras que las secundarias o acompañantes utilizadas fueron el peumo, radal, maqui, litre y arrayán.
Plantación de 37.900 quillayes para fomentar el comercio local mediante la producción de miel y aprovechamiento de biomasa para la extracción de saponina. Y es que luego de los incendios en zona centro sur, el rubro de los apicultores fue uno de los más golpeados. Este proyecto se enriquecerá en 2024 con 6.000 plantas adicionales.
En cada uno de nuestros proyectos se realizará durante los primeros cinco años labores de mantención y monitoreo de la reforestación realizada, con el fin de chequear el prendimiento y evolución de las plantas.
Con el propósito de involucrar a la ciudadanía y empresas en la urgencia de proteger y restaurar el bosque nativo, realizamos voluntarios para la reforestación de ciertos sectores.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.