Cada cierre de año trae consigo una pregunta que las empresas más conscientes se hacen: ¿cómo agradecer a colaboradores y clientes de una forma que realmente tenga sentido?
En un contexto donde la sostenibilidad es una pieza indispensable para las empresas, regalar un árbol nativo se ha convertido en una de las formas más coherentes, simbólicas y efectivas de celebrar el fin de año corporativo.
A continuación, te contamos por qué este gesto se ha posicionado como la alternativa más significativa para las organizaciones que buscan dejar huella.
1. Un regalo que genera impacto ambiental positivo
Regalar un árbol nativo no es solo un símbolo de compromiso ambiental: es una acción concreta de restauración. Cada árbol plantado contribuye a recuperar suelos, restaurar ecosistemas, absorber CO₂ y proteger la biodiversidad local.
En tiempos de crisis climática, con un país afectado hace 15 años por escasez hídrica, cada árbol cuenta, y regalar uno significa apostar por un futuro más verde y resiliente.
2. Refleja los valores y propósito de la empresa
Las compañías que se atreven a cambiar las viejas tradiciones de regalos materiales por acciones con propósito envían un mensaje claro: la sostenibilidad es parte de su identidad.
Regalar un árbol nativo permite a la empresa conectar su propósito con su acción, fortalecer su reputación y transmitir autenticidad a colaboradores, clientes y socios estratégicos.
3. Es un regalo con valor emocional y duradero
A diferencia de los regalos convencionales, un árbol nativo no se consume ni se desecha: crece, se mantiene y se transforma con el tiempo. Quien lo recibe puede seguir su crecimiento, conocer el lugar donde fue plantado y sentirse parte de un proyecto que trasciende.
Es un presente que perdura y que representa la continuidad de los lazos que se construyen año a año.
4. Aporta al bienestar colectivo y al planeta
Cada empresa que elige este tipo de regalo se suma a un movimiento colectivo de restauración ecológica. Es una acción que genera beneficios reales para las comunidades locales y para los ecosistemas que sostienen nuestra vida.
Regalar árboles nativos es, también, un acto de gratitud hacia el planeta.
5. El mejor cierre de año: regalar propósito
El fin de año es el momento perfecto para agradecer, inspirar y reafirmar compromisos. Regalar un árbol nativo transforma un gesto tradicional en una acción con sentido, alineada con los valores que hoy definen a las empresas del futuro.
¿Cómo funciona?
Por cada árbol que regales, tus colaboradores recibirán un certificado de reforestación digital en su e-mail, indicando en un link la ubicación exacta donde será plantado, con el mensaje personalizado que tú quieras.
¡Es fácil, masivo, y lleno de significado!

