Cargando 0%
El chilco (Fuchsia magellanica), es un arbusto nativo siempreverde de Chile y Argentina que destaca por sus características flores, las que brindan el alimento esencial para picaflores y abejas, los que recolectan su néctar. En nuestro país, se distribuye desde la Región de Valparaíso a la de Magallanes, especialmente abundante en el sur, en bosques de lengas y coihues.
Su nombre proveniente de la palabra “chil-ko” en mapudungún, significa “el que nace cerca del agua”, ya que suele estar asociado lugares húmedos, como ríos y lagos, donde puede llegar a alcanzar más de 3 metros de altura.
Además, el chilco es usado para sanar diversos malestares. Las flores y hojas son usadas popularmente como infusiones medicinales para dolencias menstruales y renales. También, otra de sus propiedades principales es ser un buen diurético.
«En medicina popular se utilizan las ramitas con hojas y flores, como decocción o infuso, en afecciones relacionadas con el ciclo menstrual (reglas irregulares, escasas, dolorosas); también para controlar la fiebre (a veces mezcladas con tilo) y como diurético. Por lo general, cuando se usa como emenagogo, la decocción se prepara en vino; como febrífugo se acostumbra elaborar un jarabe con las flores de chilco. En algunos lugares emplean la corteza de esta planta para los mismos fines», explican desde el Ministerio de Salud.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.