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A continuación, te presentamos 8 razones para que no lo pienses más:
1. Producción de oxígeno: Los bosques son los principales proveedores de oxígeno del planeta, base para la subsistencia de todos los seres vivos. Gracias a la fotosíntesis, los árboles convierten el agua y el dióxido de carbono presente en el aire en sustancias orgánicas, desprendiendo oxígeno. Un solo árbol, maduro y frondoso, produce el oxígeno que demandan 2 a 10 personas diariamente.
2. Mejoramiento de suelo y aporte de nutrientes: La relación entre las especies vegetales del bosque y el suelo bajo ellas es simbiótica. El suelo regula importantes procesos ecosistémicos, como la absorción de nutrientes, la descomposición y la disponibilidad de agua, funciones que benefician a las especies vegetales. Todo el material vegetal, como hojas, ramas y ramillas, que caen y se descomponen sobre el suelo, aportan una enorme cantidad de nutrientes, los cuales son distribuidos en diferentes profundidades gracias al agua, formando así un ecosistema rico en organismos y microorganismo que encuentran el sustento para vivir. Esto incentiva a que las raíces de las especies vegetales avancen y se mueven por grandes extensiones y profundidades, absorbiendo los nutrientes, interactuando con otras especies y logrando un buen anclaje. El 33% del suelo a nivel mundial está degradado y entre 1.000 y 10.000 años puede tardar en formarse 30 centímetros de suelo.
3. Regulación del ciclo hídrico: Los bosques funcionan como “esponjas gigantes”. Una parte del agua que reciben queda disponible para las raíces de las plantas y los árboles. Mientras que la otra parte, que pueden ser millones de litros, se infiltra hasta los acuíferos y napas, reponiendo los suministros de agua subterránea que son fundamentales para la disponibilidad de agua dulce de todas las regiones. Además, el agua evaporada de los bosques constituye nuevos eventos de precipitaciones en la atmósfera, generando un reciclaje del recurso. El 75% de agua dulce que se consume en el mundo proviene de los bosques.
4. Captura y retención de contaminantes: Los bosques actúan como sumideros de carbono. Absorben CO2 para realizar su proceso de fotosíntesis, principal gas responsable del efecto invernadero y calentamiento de la atmósfera terrestre. Por sus hojas, liberan oxígeno y agua, aumentando la humedad ambiental y amortiguando la temperatura del aire. Bajo las copas de los árboles, la temperatura disminuye considerablemente, evitando una influencia excesiva de la radiación solar sobre la flora, fauna y el suelo.
5. Biodiversidad: Los bosques ofrecen una alta variedad de hábitat (alimento y refugio) para la biodiversidad terrestre. A medida que el bosque presenta mayor extensión y formas de vida (árboles, arbustos, hierbas, enredaderas, etc), aumenta su capacidad para albergar un mayor número y tipos de especies de flora y fauna. Cuando el bosque es destruido o intervenido, se generan procesos de fragmentación y/o desaparición de hábitat, desencadenando una pérdida importante de la biodiversidad de nuestro planeta. Los bosques sustentan el 80% de la biodiversidad terrestre.
6. Amortización de fenómenos meteorológicos extremos: Los bosques previenen o amortizan fenómenos meteorológicos extremos, como aluviones, inundaciones, avalanchas e incendios. Por ejemplo: la enorme red de raíces es capaz de estabilizar el suelo y lograr una granulometría que evita la erosión producida por fuertes vientos o grandes masas de agua. También, la existencia de materia orgánica que genera microporos en el suelo permite la rápida infiltración de agua, evitando la escorrentía por laderas y la eliminación de la capa superior de este. Con ello, se impiden desplazamientos de tierra que pueden terminar en aluviones o avalanchas.
7. Sustento diario del 22% de la población: Los bosques proporcionan bienes y servicios que benefician ampliamente a la población mundial: son una fuente de alimento y de energía, abastecen de agua limpia y capturan las partículas contaminantes purificando el aire que respiramos. Además, 1.600 millones dependen directamente de ellos para su sustento, y son parte fundamental de las diferentes culturas e identidades que conviven en nuestro planeta.
8. Disminución de la temperatura: Los bosques tropicales son capaces de regular la temperatura de la Tierra y frenar el calentamiento global. Además de absorber dióxido de carbono (CO2), los árboles actúan como humidificadores gigantes, crean nieblas y nubes a modo de barreras frente al sol y liberan compuestos orgánicos que favorecen el enfriamiento. Pero en la ciudad también ocurriría un fenómeno similar. Según un estudio reciente de la Universidad de Princeton, el efecto de enfriamiento de los árboles ayuda a reducir la temperatura de la superficie de diferentes ciudades durante los meses de verano hasta en 12 ºC en algunas regiones. Mientras que los espacios verdes sin árboles tendrían un efecto insignificante.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.