Señor Director:
La creciente frecuencia de incendios forestales evidencia que ya no basta con reaccionar cada verano: nuestros ecosistemas están en riesgo permanente. Chile no puede seguir normalizando las sequías prolongadas, olas de calor y condiciones extremas, que amenazan de manera directa a nuestros bosques nativos, en el caso de la RM al bosque esclerófilo, uno de los hotspots de biodiversidad más relevantes.
La ciudadanía está dispuesta a actuar. Más de 250 voluntarios y 15 empresas participaron recientemente, junto a Fundación Reforestemos, en labores de prevención de incendios en un parque clave que protege la biodiversidad de la cuenca del río Maipo. Este tipo de acciones se vuelve aún más relevante ahora que el país impulsa la construcción de 4.839 lam de cortafuegos entre Tarapacá y Magallanes. Pero la protección ambiental no puede depender solo de la buena voluntad ni de esfuerzos puntuales. Se requieren políticas públicas sostenidas, financiamiento estable y una agenda de prevención que funcione todo el año.