El parque que conocemos hoy es muy distinto al de hace 100 años. Así lo afirma el libro “Los árboles del parque” creado por la misma identidad y publicado en 2017. No sólo no había infraestructura, sino que no había ni un solo árbol. Se trataba de un cerro árido y fuertemente erosionado por la extracción de piedras desde sus canteras. A partir del año 1917, comenzaron los esfuerzos por plantar los primeros árboles, cuando la red que llevaría aguas a las laderas del Cerro San Cristóbal había empezado su construcción.
Al principio, un plan de forestación con árboles exóticos cubrió el suelo, sin embargo, no todas las especies lograron sobrevivir a las condiciones climáticas. En los últimos 20 años, evaluando el comportamiento de los árboles introducidos y considerando el cambio climático, se ha trabajado en el reemplazo de las especies exóticas por nativas para obtener bosques sustentables, capaces de adaptarse mejor a las condiciones de suelo y clima.
Dentro de las especies nativas que actualmente podemos ver en el parque, se encuentran: algarrobo, araucaria, huingán, belloto del norte, boldo, canelo, chañar, espino, guayacán, litre, maitén, maqui, molle, patagua, peumo, quebracho y quillay.