El 22% de la fauna conocida se encuentra en peligro de extinción.
Los bosques ofrecen una alta variedad de hábitat (alimento y refugio) para la biodiversidad terrestre. A medida que el bosque presenta mayor extensión y formas de vida (árboles, arbustos, hierbas, enredaderas, etc), aumenta su capacidad para albergar un mayor número y tipos de especies de flora y fauna.
Cuando el bosque es destruido o intervenido, se generan procesos de fragmentación y/o desaparición de hábitat, desencadenando una pérdida importante de la biodiversidad de nuestro planeta.