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Columna de nuestra directora ejecutiva Suzanne Wylie en la plataforma Mujer Sustentable:
Este mes se conmemora el Día Mundial de la Tierra, y recientemente celebramos el Día Mundial de los Bosques, por lo que quiero invitarlas a reflexionar sobre aquellas acciones que podemos hacer para reducir y compensar nuestro impacto en el medio ambiente, y así ser un agente positivo en la lucha contra el cambio climático. Nuestro rastro medioambiental se mide a través de la cantidad de CO2 que dejan nuestras actividades, una ecuación que considera tanto aquellas que generan emisiones de este gas nocivo para la atmósfera, como aquellas que buscan mitigarlas.
El uso racional de las energías y recursos naturales, el reciclaje domiciliario y el consumo responsable son prácticas que sin duda ayudan a reducir la huella de carbono en nuestro día a día. Sin embargo, quisiera instarlas a ir un paso más allá, e involucrarnos en iniciativas que buscan resultados a gran escala. Desde hace 10 años que en Fundación Reforestemos nos hemos comprometido con la restauración de nuestros bosques nativos como camino hacia la recuperación y el bienestar del planeta en un contexto donde la deforestación es la segunda causa del cambio climático.
Y es que los árboles son fundamentales para nuestro ecosistema, por su capacidad de renovar el aire, convirtiendo el CO2 en oxígeno. Asimismo, disminuyen las temperaturas globales y detienen la erosión y desertificación, favoreciendo la recuperación de suelos degradados y regulando el ciclo hidrológico. Los bosques nativos son relevantes para la salud de las personas, la economía y la misma subsistencia de la sociedad.
A lo largo de nuestros años de trabajo como fundación, hemos comprendido que es esencial mirar la reforestación como un ciclo integrado, que parte con la educación ambiental -esperable a temprana edad-, la protección de áreas de alto valor ecológico, las acciones tendientes a la prevención de la desertificación -generada por diversas causas pero principalmente por la amenaza constante de los incendios forestales-; la germinación de nuevas especies nativas, junto a la preservación de su material genético en estado puro, y finalmente la plantación de nuevas especies, terminando así este ciclo con reforestación.
De acuerdo con las cifras más recientes de la FAO, la superficie cubierta por bosques en el planeta es solo de un 31% y se concentra en un reducido grupo de países. Por eso es tan importante continuar trabajando de manera activa en la reforestación, pero más aún en la generación de conciencia para que las políticas públicas en los distintos territorios tiendan a la protección, recuperación y generación de mayores superficies de bosques, como también de los beneficios a la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático que ya conocemos.
Nuestro llamado es a sumarse de manera activa y sostenida en la preservación del planeta, desde la vida doméstica y del día a día hasta proyectos de mayor envergadura, con miras a ser un aporte real en la construcción de un mejor legado para las próximas generaciones.
Suzanne Wylie Directora Ejecutiva
Fundación Reforestemos
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.